Para conocer de primera mano la opinión de los españoles respecto a los pagos en plazos, preguntamos a más de 5.000 hogares sobre el tema en nuestro estudio de mercado sobre los pagos a plazos. Las respuestas indican que esta nueva corriente de pagos ha venido para quedarse.
Los pagos a plazos, como indica su nombre, permiten dividir los pagos en diferentes cuotas a la hora de adquirir un determinado producto o servicio. Los consumidores ven en esta modalidad de pago una buena oportunidad para no tener que desembolsar todo el dinero de golpe. Permitiéndoles disponer de más líquido en sus cuentas de ahorro para cualquier compra o emergencia. Esta tendencia se está dando en toda la sociedad en general. Muchas personas al no disponer de grandes sumas de efectivo, ven en los pagos a plazos una buena oportunidad para adquirir lo que necesitan de una manera más accesible.
Aunque esta modalidad de pago lleva siglos existiendo, es ahora con la evolución y alza de los e-commerce cuando realmente se está utilizando para adquirir productos o servicios de un precio más reducido vía internet. Como pueden ser los productos cosméticos o muebles para el hogar por ejemplo. Por otro lado, cada día son más las empresas que se suman a esta ola de los pagos en plazos y, ahora PayPal, el famoso sistema de pagos en línea, permite fraccionar el pago en 3 veces. Ellos, realizan el pago en su cuantía total a la empresa en la cual el consumidor quiere adquirir el producto o servicio. Luego, el consumidor le realiza el pago a PayPal pero dividido en 3 partes.
Lo más habitual es dividir el pago en 3 cuotas pero hay empresas que permiten fraccionar el pago hasta 36 veces. Además, en lo que respecta a las comisiones, como pasa en muchos otros casos, ciertas empresas cobran una comisión por este aplazamiento del pago y otras, por el contrario, lo hacen sin cobrar intereses.
El 74,5% de todos los usuarios estaría dispuesto a realizar sus pagos en forma fraccionada en caso de que no cobren ninguna comisión. Es más, el 5,8% incluso estaría dispuesto a realizar los pagos en plazos incluso si esto supusiera un sobrecoste o una comisión.
Por un lado, el 43,9% que si estaría dispuesto a pagar con este método, lo utilizaría para realizar compras que, en el momento, no disponga del importe necesario para adquirir dicho producto o servicio. Por otro lado, 22,3% de ellos lo utilizaría incluso para realizar compras para las cuales no disponga del suficiente importe necesario para realizarlas. Finalmente, el 33,9% lo utilizaría en ambas situaciones.
Respecto al 19,7% del total que dice que no realizan compras fraccionadas, 61,6% de ellos argumenta que no le gustan este tipo de servicios, prefiriendo realizar el pago total del importe de la compra de golpe; el 51,1% dice que no compra productos que no se pueda permitir en el momento de compra; 20,5% expresa que podría llegar a incurrir en una deuda que no podría llegar a pagar; al 12,2% no le interesa en términos generales; y por último el 0,6% alega otros motivos.
Los principales productos en los cuales los consumidores utilizarían este tipo de servicios en escala descendente serían:
El 74,5% de los hogares españoles estaría dispuesto a realizar sus pagos en forma fraccionada en caso de que no cobren ninguna comisión.
Respecto a la diferencias entre generaciones, destaca el hecho de que los millennials estarían más predispuestos a pedir pagos a plazos a la hora de adquirir productos relacionados con los automóviles y motocicletas y con los estudios. Suponiendo un crecimiento del 11,8% (Subida al 52%) en el caso de los automóviles y motocicletas y de un 12,4% (Subida al 42,6%) en el caso de los productos relacionados con los estudios.
Continuando con el sector de los automóviles y las motos, los adultos comprendidos entre los 50 y los 70 años, aunque siguen la tendencia de la sociedad, no ven con tan buenos ojos el realizar pagos a plazos a la hora de adquirir estos productos. Solo el 25,4% de ellos estaría dispuesto a adquirir estos bienes en pagos fraccionados. Esto supone una caída del 14,8% respecto a la media general.
Las personas con ingresos superiores a 3000€ estarían 14,1% menos dispuestos que los demás hogares a pagar con este método en el momento de no disponer del importe necesario para adquirir dicho producto o servicio. En contraparte, las personas con ingresos inferiores a 999€ estarían 6,6% más predispuestos a esto. Esto supone que las personas con más ingresos no se endeudarían en el caso de no tener el suficiente dinero. Mientras que las personas con ingresos más bajos si lo harían con tal de adquirir el producto o servicio que quieren.
Las personas con ingresos inferiores a 999€ estarían 6,6% más predispuestos a endeudarse
Esta modalidad de pago, como aclaran los datos aquí expuestos, tiene una gran aceptación entre el publico general y apenas hay variaciones en lo que respecta al sexo, la edad y los ingresos prácticamente. Por ello, se puede concluir que la aceptación de los pagos en comercios electrónicos es una buena apuesta. Tanto para el consumidor como para la empresa. Dar flexibilidad al consumidor significa un mejor respuesta de este. Y un cliente satisfecho significa una mayor probabilidad de que vuelva a comprar en dicho lugar.
PayPal no es el único portal que ha empezado a ofrecer estos servicios. Empresas como Klarna, Aplazame o Sequra han surgido para dar la oportunidad a los consumidores de aplazar sus pagos de diversas formas. Todas ellas, con el mismo objetivo, intentar brindar tiempo al consumidor para que pague cuando pueda.
Todavía hay una gran parte de la sociedad que ve con recelo este tipo de pagos. Quizás como pasaba con las compras online, en un futuro la aceptación de este sistema de pago puede que se extienda entre más personas. Solo el tiempo y la mejora de estos servicios darán respuesta a esta cuestión.
